Mauricio Avilés, ingeniero de Proyectos, Área de Dirección de Proyectos, Candelaria.
El mundo minero requiere no solo de una vocación importante, también disciplina, compromiso y responsabilidad, pues en el desarrollo de proyectos hasta el mínimo detalle puede cambiar por completo el destino de una empresa y sus trabajadores.
Es por eso que ingenieros como Mauricio Avilés proporcionan toda su experiencia, conocimientos y capacidades para lograr los objetivos de la empresa sin contratiempos.
¿Cómo fueron sus inicios en Candelaria?
Llegué hace 10 años a Candelaria, me inicié en Soquimich de SQM puerto, lo hice en mantenimiento durante seis años, luego pasé a Minera El Abra por 10 años más, para posteriormente llegar como ingeniero a Candelaria. Soy ingeniero civil eléctrico de la Universidad de Concepción.
¿Fue un camino difícil hasta Candelaria?
Creo que fue una oportunidad que se dio, yo estaba en el área de mantención en las otras empresas, y sentía que me faltaba un poco la experiencia de ingresar a proyectos, así que ya era momento para buscar otra área de conocimiento, afortunadamente se dio la oportunidad de venir a Candelaria, y así fue.
¿Cómo ha sido esa experiencia de una década?
Me he sentido bien, principalmente porque la empresa me queda cerca de la ciudad, pues cuando estuve en Tocopilla, y también en Calama con mi familia, era difícil por el tiempo de traslado, ya en Copiapó son traslados cortos desde casa, y eso me ha ayudado mucho.
¿Qué proyecto ha sido desafiante y apasionante?
Realmente los desafíos son diarios, los proyectos nuevos que aparecen todos lo son, nada es repetitivo, siempre hay necesidades donde uno va aportando, perfeccionando, capacitándose, aprendiendo, implementando conocimientos, de tal forma que uno pueda aportar valor a la compañía.
En general he participado en TSF-1 y TSF-2 que me han permitido estar en proyectos importantes de la compañía en los últimos 10 años.
Es importante que quienes quieran entrar en este mundo entiendan que el conocimiento que se adquiere en la universidad hay que integrarlo con la práctica de terreno, la experiencia. Otra cosa es el recurso humano, el compañerismo y el valor de las personas que siempre debe estar presente en la minería.