Lila Ávila, Dirección de Servicios Técnicos, Gerencia de exploraciones, Candelaria.
Cuando damos una mirada al pasado nos resulta asombroso todo el camino recorrido en el mundo de la minería en Chile, sobre todo en lo relacionado con el papel de las mujeres en la faena, en el estudio, la exploración y demás campos que tradicionalmente estaban ocupados por hombres.
Es la valentía de las mujeres del pasado, y el empeño de las mujeres del presente, lo que genera una nueva minería inclusiva, demostrando que hombres y mujeres pueden realizar la misma labor en cualquier terreno, es así como trabajadoras como Lila destacan en el principal rubro de exportación de Chile al mundo.
¿Cómo ha sido su paso por Candelaria?
Tengo casi 16 años trabajando en la empresa, desde el 2005. Actualmente soy geóloga Senior del área, y apoyo las tareas de planificación de los sondajes, plan de perforación, entre otras cosas.
Yo crecí dentro de la compañía, desde que estaba estudiando empecé en prácticas en Candelaria en tercer o cuarto año. Soy de Copiapó y estudié en Antofagasta. En los veranos iba a trabajar en la empresa por lo que pude hacer una práctica de dos años. También trabajé en el penúltimo año de la carrera, y después hice la memoria, posteriormente seguí trabajando en geología y luego en exploraciones.
¿Soñó alguna vez con trabajar en minería?
Mi papá siempre estuvo ligado a la minería, fue un área en la que siempre estuve interesada, él trabajaba con unos geólogos japoneses que hacían exploraciones y siempre llegaba a la casa con muestras de rocas, minerales y me los enseñaba, y de ahí surgió el interés por estudiar geología. La carrera no estaba en la ciudad. Como tenía buenas notas y era aplicada, hice la prueba y postulé a Antofagasta, quedé en mi primera opción en la carrera.
¿Cómo es el mundo de una mujer dentro de la minería?
Ha evolucionado mucho el trato hacia la mujer porque el área donde estoy es como de hombres, siempre fue así, y cuando entré a la carrera, de 75 personas, éramos 12 mujeres de las cuales al final tan solo quedamos tres. Siempre luché mucho, desde que empecé a estudiar, contra el machismo.
Ya en el mundo laboral es súper complejo porque si bien las capacidades de las mujeres eran menospreciadas, en este último tiempo ha evolucionado favorablemente impulsándonos al desarrollo, a potenciarnos, a visibilizarnos dentro del resto de las áreas.
¿Qué recomiendas a las mujeres que quieren ingresar al mundo minero?
Mi recomendación es que hay que atreverse a luchar por sus metas porque el mundo de la minería sigue siendo machista y sucede que al principio no te ven con mucha fe y no te apoyan.
Cuando dije lo que quería estudiar, en el colegio no me apoyaron, pero fui insistente, fue difícil, era la menor de hijos y la primera que salía a estudiar fuera, estaba sola y fue muy duro. En mi insistencia de sacar la carrera y surgir en lo que me gustaba me enfrenté a los dinosaurios de la geología.
Es un mundo duro para las mujeres por los diversos turnos donde es difícil cuando se tienen hijos. Pero vale la pena.